Cuando nos acercamos a la temporada de otoño y las lluvias se vuelven parte de nuestro día a día, buscamos un calzado que nos ayude a proteger nuestros pies. Las botas de agua son las presas por excelencia para este tipo de ocasiones. En esta época del año les quitamos el polvo que acumulan en nuestro armario y se convierten en nuestras mejores compañeras durante estos meses.

Las botas de agua se consideran uno de los calzados más antiguos del mundo y que han perdurado a lo largo de los años y evolucionando conforme pasa el tiempo, siendo una prenda vital para todos los hogares. En la actualidad podemos ver este tipo de botas en todos los modelos, presentaciones y tamaños disponibles.

Un poco de historia de calzado

Es bueno recordar de dónde vienen, pues tienen una historia digna de ser contada. Para la época de 1817 fueron popularizadas en el Reino Unido. Quien se lleva el crédito de este logro es el Duque de Wellington.

El material utilizado en ese entonces era el cuero. Ya para el año 1852 se decidió cambiar al plástico o a la goma para una mejor funcionalidad. En sus inicios, el Duque se aseguró que llevaran el nombre de wellies. Por otra parte, en España se les conoce como ‘katiuskas’ y la razón de que tengan ese nombre se debe a una zarzuela que se estrenó por allá por los años 30.

¡Dame unas Katiuskas, por favor!

Katiuska fue una obra lírica del autor Pablo Sorozábal. Esta obra tuvo lugar por primera vez en el Teatro Victoria en Barcelona, exactamente en enero de 1931. En esta obra la protagonista llevaba puestas unas botas de caña alta que compartían un parecido muy grande a las botas que se utilizan en los días lluviosos, que se encuentran en el Museo de Teatro de la ciudad.

La razón por la que asociaron las botas con este nombre era porque las mujeres que iban a la tienda a comprar unas, pedían unas botas como las de la obra. Está de más decir que el resto ya es historia.

La función de las botas fue cambiando desde que el Duque de Wellington las hizo conocida. Pues al principio no estaban hechas para proteger a la persona de las lluvias, simplemente eran un nuevo modelo de zapatos. Poco a poco fue cambiando de significado y cuando se empezaron a fabricar de goma se dieron cuenta de lo bien que funcionaban para proteger a quien las use del barro y de la lluvia.

Hay que tener en cuenta que las botas de cuero no murieron. Aún podemos ver que siguen siendo parte de la moda en nuestros tiempos. Sin embargo, ahora su uso es más estético o formal. Es más probable que las encontremos en una fiesta o en un evento, que en una persona que se encuentre caminando por las calles de la ciudad bajo la lluvia.

Sudáfrica, unos mineros y unas botas de agua

Otro dato muy curioso sobre el origen de las botas de agua es que durante el siglo XIX y en el periodo del apartheid, en Sudáfrica los mineros no contaban con las mejores condiciones laborales o, aunque sea derechos humanos.  Y puede qué te preguntes que tiene que ver todo esto con las botas de agua. Pues aquí te lo contamos

En ese tiempo los trabajadores consideraban que las botas de agua eran una pieza clave y necesaria para trabajar en las minas de oro. Por eso tomaron la decisión de usarlas como medio de comunicación alterno.

Entonces crearon un código por medio de las botas que les daba la posibilidad de comunicarse con otra persona que tuvieran cerca. Esto fue denominado como la danza de las botas de agua y hoy en día se les enseña en las escuelas a los niños. Es una forma de recordar esta movida por parte de los mineros para nacida de una necesidad

En Watermelon podrás conseguir botas de agua del modelo que te gusta para esta temporada de lluvias. Botas coloridas y originales para los más pequeños de la casa.

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